Se escuchaban pesadas gotas de lluvia golpear el techo,
cuando abrí los ojos, me vestí y fui a desayunar.
Comía los últimos trozos de fruta y la lluvia incesante no
quería darme tregua, pero igual no me preocupaba por que en mi mochila me
esperaba mi piloto para lluvia. Lo primero que hice fue ir a la exposición de
Migdalia la cual me gusto por la forma de trabajar con las telas
, estaba por
salir de la Asociación, cuando volvió a llover con fuerza, así que me quede un
momento.
En el parque Vidal quise entrar al museo de Arte Decorativo
pero estaba cerrado, así que hice unos pasos más y entre al teatro de la
caridad
, cuyo nombre proviene por el aporte monetario que hizo la señora Marta
Abreu, luego de sacar fotos por el parque,
pase por la biblioteca recordando
que me había olvidado mi libro en la casa, al llegar me encontré con Loida ( la
hermana de Migdalia) nos pusimos hablar porque ella también teje con la técnica
de macramé mientras me contaba que allí
no hay materiales y que le sirve de
terapia, le tejí uno de mis obsequios y ella muy amable me dijo que de las
pulseras que había tejido ella eligiera dos para mis hermanas, cuando se
fueron, tome el libro y volví a la biblioteca, pero antes de entrar me senté en
el parque a escribir una dedicatoria que decía algo así.
“del país del Che vengo y con mis manos coseche las palabras
que sembré en mi corazón, quien las lea conocerá algo de mí alma”.
Entre a la biblioteca y al preguntar dónde podía dejar mi
libro, me guiaron hacia un departamento que se dedica a recibir las obras, como
estaban almorzando, volvimos tras nuestros pasos, cuando a medio camino nos
encontramos con la responsable del departamento de literatura, estábamos
hablando cuando llego una de las responsables de departamento de proceso
técnico, luego llego una profesora de la universidad quien me conto que realizo
un estudio de los presidentes de nuestro país y que había llegado hasta el
hombre del cacerolazos. Realmente y espero no pecar de soberbio pero me sentía
con una cierta importancia y sobretodo orgulloso de mi, hasta tuve que escribir
una pequeña carta a la dirección de la institución donde en carácter de autor dejaba
en donación un ejemplar de mi obra.
Habiendo dejado a mi último hijo literario en buenas manos, volví
al museo del Che, el mismo es pequeño pero con todo lo que uno se encuentra
encierra un concepto, lo que no esperaba y me emociono mucho fue saber que allí
residían las cenizas de Alberto Granado ( compañero y amigo en su primer viaje
en motocicleta).
Entrar al mausoleo donde están quienes lo acompañaron
Bolivia, pero ver su tumba me produjo un fuerte dolor en el pecho como si se
tratara de un cercano y lo es porque es el referente de mis pensamientos, acciones
como humanista y por quien llegue a este hermoso país.
Volví a la ciudad a fotografiarla, aunque hay dos lugares
para destacar uno es la estación de tren y otro el monumento al vaquerito.
En la noche mientras Georgette preparaba la cena, junto con Over salimos a la calle a hablar
mientras él se fumaba un tabaco, básicamente me conto sobre su necesidad
imperiosa de tener un auto para poder seguir trabajando de taxi pero sin tantos
obstáculos como son correr con los gastos de un vehículo que no le pertenece y
a cambio recibir una mínima paga.
Ivan ( Abriendo Caminos)
Me gustó mucho...
ResponderEliminarUn abrazo
yo lo sé, cuando entraste al museo del Che, tu argenitinidad te llenó de orgullo,
ResponderEliminararriba vos!
saludos
escribiste relatando tu día con un sentimiento que se me humedecieron los ojos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me emocionaste, me encantaron tus fotografías, me encantço tu forma de escribir y por último, me encantó tu blog, así que me quedo...
ResponderEliminarBesitos en el alma
Scarlet2807
ME UNO A TODOS LOS COMENTARIOS ANTERIORES AL MIO, HERMOSO ESCRITO, SALUDOS
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