viernes, 30 de marzo de 2012

Como en la casa también se estaban hospedando dos chicas suizas y ellas desayunaban a las 9am para no agregarle un horario mas a la señora Norma, desayune junto a ellas, por lo tanto para los que se preocupan por mí, sepan que dormí de las 23pm hasta las 9am.

El desayuno soberbio, sin crítica alguna, huevos revueltos, plato con trozos de ananá, jugo de mango, tostado de jamón, pan y manteca, café y leche para agregarle.
Alimentado hasta la noche, Salí a recorrer todo el casco histórico,



 luego de pasar por el ayuntamiento,

 me encontré con una feria artesanal,

me puse a hablar con el primer feriante y entre palabras compre un lindo par de aros para mis hermanas, Jorge me explico que todo lo hace con sus manos con lo que el mar y la tierra le dan, el esta de lunes a viernes por que los fines de semana los dedica a crear.
Seguí por la calle 29 ( donde estaba) y llegue hasta el muelle

, allí muy tímidamente Osvaldo se me acerco y me pidió una moneda por qué no había comido nada, se la di y volvió hasta donde estaba sentado, me senté junto a él y le pregunte sobre que se pesca, me respondió que pez aguja, le conté que en Buenos Aires también los niños pescan como él, pero que se enferman por que las aguas están contaminadas por los desechos que liberan las industrias, el me dijo que las de ahí no lo estaban contaminadas, le pregunte si se podía bañar ( nadar) me dijo que allí no, porque hay hierro en el fondo.

Retorne sobre mis pasos pero doble por la calle 52 y luego en una que no recuerdo, ahí fue inevitable pensar en mi abuelo paterno, ya que en la puerta de ese lugar rezaba CIRCULO DE FILATELISTAS DE CIENFUEGOS.

Me puse a hablar con el hombre que estaba allí y preguntándole por como se le había despertado la pasión, me conto que nació hace años de muy niño cuando un amigo o vecino de su tío, le empezó a regalar sellos postales,

 pero su verdadera motivación empezó con un amigo de hace años, se estuvo intercambiando por carta con un argentino, pero supuso que ha muerto por que nunca más supo algo, le conté de mi abuelo y su colección pero que nunca llego a armarla, frente a eso me pregunto por qué no lo hice yo, le respondí que había empezado una de monedas como esquivando la pregunta, comprándole un sello postal del CHE,  le dije que tal vez empiece la mía.

Con el calor que hacía que calculo que rondaba los 30º o más, mi garganta tan seca y arenosa como un desierto, me llevo a sentarme a degustar una fresca gaseosa de lima-limón mientras lo hacía, me puse a tejer, lo estaba haciendo cuando de curiosidad la mesera que me atendió, si estaba por eso ahí en Cuba y le dije que era para hacer una atención, así que una vez terminada

, volví al puesto de Jorge y al tomar mi obsequio se lo ato a su riñonera,

a cambio el me regalo un diente de cocodrilo hecho en hueso.

Fue interesante lo que conocí en el museo naval

pero sobretodo, porque la guía ( encargada de marcar un recorrido, como así también ver que no se toque, ni rompa nada) me pregunto si era periodista ( calculo que fue por mi forma detallada de sacar fotos)  le respondí que trabajaba en correo, pero que era escritor, finalizado volvió a la Av. 54 y camine buscando la escuela de arte Benny More, me encontré con unos niños jugando Waterpolo, nadando

y me hizo recordar cuando competía para mi colegio, debo ver como acomodar mis horarios para volver ya que es el deporte más completo y ayuda al cuerpo tanto como un gimnasio, pero con la diferencia que la natación ayuda a mejorar la respiración.

Pero lo importante es ver cómo estos niños se divierten sanamente y la importancia que se le da al deporte a tal punto que ayer en una pared encontré un escrito, no encontré la escuela de arte, pero si el departamento de policías, pero antes con una casa donde en el jardín había unos simpáticos conejos.

Al pasar por la terminal me senté a descansar las piernas, pero igualmente con las piernas fatigadas fui hasta la calle 37 y fui hasta donde termina el malecón en busca de un palacio que tampoco encontré.

Al regresar me tope con un grupo de adolescentes y sus madres, la policía cortaba la calle para que estos pudieran correr una pequeña maratón en pos de la salud.

De regreso a la casa, empezó a lloviznar por lo que me refugie en una estación de servicio, porque aprendí que una lloviznita es la advertencia a una lluvia más intensa y como supuse el cielo desato toda su furia y yo desgaste un pote de helado mientras veía cada gota caer.

En la casa espere que se haga la cena, cene mientras Norma miraba una novela, me bañe y acosté

                                                   Ivan ( Abriendo Caminos )

5 comentarios:

  1. Gracias por compartir Ivan, todo muy bueno. ¡Lástima que no puede compartir el desayuno! ¡ja!
    Mis saludos afectuosos y respeto!!

    ResponderEliminar
  2. Me gustó leer este día en Cuba, ¿dónde, en La Habana?

    Sin duda que no paraste de andar y observar la vida en las calles y en todos los edificios públicos.

    Gracias por dejarme tu enlace en mi casa.

    Un saludo también para ti.

    ResponderEliminar
  3. Iván, de tu relato rescaté un dato para mi hijo menor, se queja de quedarse sin aire en el tenis, las piernas le dan pero la respiración no. Al agua pato!!! Muy interesante tu recorrido, seguimos escuchándote. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Todo muy bien explicado y lleno de detalles. Por lo que cuentas todos los cubanos con los que hablas parecen muy agradables, a mí el que más me ha gustado es el hombre del puesto de artesanía.
    Un saludo.
    ¿Cuánto tiempo te quedas por Cuba?

    ResponderEliminar